La basura espacial son restos de cohetes, satélites en desuso, partes de satélites y hasta herramientas que se les escaparon a los astronautas en sus actividades fuera de las naves. Parte de esa basura está registrada, se sabe en dónde está y cómo se mueve. Hay más de 35.000 piezas catalogadas, pero se estima que hay millones de fragmentos no registrados, especialmente cosas pequeñas, de algunos centímetros.

Todas las piezas, aun cuando sean pequeñas son peligrosas, porque se mueven a gran velocidad. Una pinza que choque con un satélite le puede causar daños grandes, incluso sacarlos de servicio. Un tornillo puede destruir el traje espacial de un astronauta que se encuentre fuera de la nave, causándole la muerte. También hay material radioactivo y compuestos químicos que son restos de los combustibles de las naves.

Para las Naciones Unidas es un tema importante. El Comité de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre coordina proyectos para tratar de solucionarlo. Anualmente se reúne el Subcomité Científico y Técnico para analizar los avances en el tema. También hay un subcomité jurídico que analiza temas como de quien es la responsabilidad de los daños que pueda causar la basura espacial sobre naves o en la Tierra.

Algunas de estas piezas, cuando ingresan a la atmósfera y se dirigen a la Tierra, aumentan su temperatura y se pueden quemar total o parcialmente quedando restos muy pequeños que no son peligrosos. La basura espacial es un problema que todavía no tiene solución.

Otro problema son las grandes naves como la Estación Espacial Internacional y qué hacer con ella cuando salga de servicio. La Skylab (la primera estación espacial norteamericana) cayó en 1979 en el océano índico y esparció restos sobre zonas habitadas.

En 1992, el ingeniero croata Hfrboje Lukatela identificó un punto que es el más alejado de todas las costas y regiones posiblemente habitables al que llamó “polo oceánico de inaccesibilidad”, que tiene 3700m de profundidad. Lo más cercano es una isla a que está a casi 2700 km. En ese lugar, debido a un giro oceánico, la temperatura superficial es baja, no hay nutrientes y es una zona casi sin vida. Ese lugar se considera el más apropiado para hacer caer las naves en desuso y se lo comenzó a llama Punto Nemo. En ese lugar cayeron más de 200 naves, entre ellas la Estación Espacial MIR. Su caída es controlada, se las frena tanto como se puede para que se quemen en la atmósfera y consuman su combustible todo lo que se pueda.

Sin dudas el lugar se está contaminando. Hay gran cantidad de chatarra espacial, también restos de combustible y probablemente algún resto radioactivo. No es lo óptimo pero, por el momento, no se ha encontrado una alternativa mejor.